Aunque el Vaticano había celebrado el Corpus Christi el pasado jueves, Benedicto XVI dedicó sus palabras del Ángelus a la fiesta del Cuerpo de Cristo que ayer se conmemoró en países como España. El Papa destacó que «la Eucaristía es escuela de caridad y solidaridad» y señaló que «quien se nutre del Pan de Cristo no puede quedarse indiferente ante quien, también en nuestra época, está privado del pan de cada día».
El Pontífice recordó a los muchos «padres que logran a duras penas conseguirlo [el pan] para ellos y para sus hijos». «Es un problema cada vez más grave que a la comunidad internacional le cuesta gran esfuerzo resolver», añadió. En este sentido, afirmó que «la Iglesia no sólo reza ?danos hoy nuestro pan de cada día?, sino que, según el ejemplo de su Señor, se compromete en todas las maneras para ?multiplicar los cinco panes y dos peces?, con innumerables iniciativas de promoción humana y de compartir para que a nadie le falte lo necesario para vivir». Benedicto XVI pidió a los fieles que el Corpus sea un ocasión «para crecer en esta atención a los hermanos, especialmente a los pobres».
Ya en España, el cardenal Antonio Cañizares aprovechó su alocución tras la procesión del Corpus para pedir a Dios que ayude a los creyentes «a contribuir a la edificación de un futuro de justicia, de solidaridad y de paz para cada nación, derribando fronteras y superando divisiones». Entre sus peticiones, el arzobispo de Toledo incluyo su deseo de que «nunca más golpee el terrorismo en estas tierras de España ni en ninguna parte del mundo». Cañizares también oró por la familia, ante los «grandes ataques de que es objeto» y «por nuestras gentes», para que «no sucumban al laicismo».
Antes, en su homilía, había pedido respeto a la «auténtica libertad religiosa», también para los cristianos, «porque son muchos los insultos, los agravios y las ofensas que está recibiendo la Iglesia», en referencia a un espectáculo celebrado el sábado en las mismas calles por las que transcurre la procesión. En Madrid, el cardenal Rouco aprovechó la homilía para condenar «los gravísimos pecados de escarnecimiento y uso sacrílego de las especies eucarísticas que se vienen reiterando impunemente, en nuestras iglesias».
En Valencia, donde el cardenal García-Gasco invitó a «recuperar el silencio interior», y en Barcelona, las procesiones con el Sacramento se tuvieron que realizar en el interior de la catedral, debido a la amenaza de lluvia. Bien distinto fue en Bilbao, donde el sol acompañó toda la procesión, y la tormenta sólo apareció cuando la custodia ya había retornado a la catedral. La procesión se celebraba por quinto año consecutivo, después de que el obispo Ricardo Blázquez decidiera recuperarla.
lunes, 26 de mayo de 2008
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